Los equipos de buzos de las tres almadrabas de la OPP51 (Zahara de los Atunes, Conil y Tarifa) han recibido esta temporada formación para el uso de vehículos de propulsión subacuática, a través del Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (FEMP).
 
Estos propulsores facilitan la observación y seguimiento por parte de los buzos del impacto del alga asiática en las redes de Almadraba. La especie Rugulopterix okamurae está causando graves problemas a esta pesca tradicional y sostenible que preocupan a corto y largo plazo.
 

DAÑOS GRAVES 

Este año las dificultades para realizar la leva (retirada de redes del mar) están siendo muy graves, sobre todo en la almadraba de Tarifa, la que viene enfrentando de manera más acusada este problema desde el pasado año.

Pero el problema ya viene siendo latente desde 2019, cuando el alga asiática ya causó graves daños en las almadrabas de Conil y Tarifa, con la rotura de los artes a final de la temporada.

Por ello, la OPP51, a través de fondos europeos, decidió tomar cartas en el asunto e impulsó una investigación en colaboración con el Departamento de Zoología de la Universidad de Sevilla.

UNA ‘PARED’ PARA LOS ATUNES

Los efectos de este alga asiática no solo se limitan a lo material. Según ha podido observar parte del equipo de buzos de las almadrabas de la OPP51, su rápida proliferación en las redes, donde se adhiere de manera masiva, forma una especie de pared para los atunes. Un hecho que está provocando que muchos de estos peces, al toparse con una gran oscuridad, desvíen su trayectoria que les adentra en la almadraba.